Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard, en una misión para encontrar moléculas orgánicas que pudieran usarse para fabricar baterías de flujo no tóxicas y de bajo costo, encontró la respuesta en la vitamina B2. Haciendo ligeros ajustes a la molécula original de riboflavina, que convierte los carbohidratos en combustible en el cuerpo, los investigadores han diseñado algo que puede almacenar energía aprovechada por el sol y las fuentes eólicas.
Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard, en una misión para encontrar moléculas orgánicas que pudieran usarse para fabricar baterías de flujo no tóxicas y de bajo costo, encontró la respuesta en la vitamina B2. Haciendo ligeros ajustes a la molécula original de riboflavina, que convierte los carbohidratos en combustible en el cuerpo, los investigadores han diseñado algo que puede almacenar energía aprovechada por el sol y las fuentes eólicas.
La idea surgió después de que el equipo trabajara en una batería que usaba un material orgánico conocido como quinona junto con el aditivo alimentario ferrocianuro en lugar del electrolito habitual. Luego, el equipo buscó otras moléculas que pudieran conducir a versiones con mayores capacidades y se inspiró en la función de B2.
“Después de examinar alrededor de un millón de quinonas diferentes, hemos desarrollado una nueva clase de materiales electrolíticos para baterías que amplía las posibilidades de lo que podemos hacer”, dijo el estudiante de Harvard y autor principal del artículo. “Su síntesis simple significa que se puede fabricar a un costo muy bajo y a gran escala, que es un objetivo clave de este proyecto”.
Una batería de flujo almacena energía en una solución en un tanque. En otras palabras, cuanto más grande sea el tanque, mayor será la cantidad de energía que puede contener. Según Lin, la nueva molécula podría conducir a baterías de alta capacidad. Él y su equipo planean estudiar su creación más de cerca, pero también están buscando otras moléculas orgánicas que puedan superarla.
Este estudio fue publicado originalmente en la revista energía natural