Mientras que una cadena de suministro tradicional se puede considerar como una línea recta que conduce al consumidor, un modelo de ciclo cerrado incorpora al consumidor como parte de un sistema circular.
La cadena de suministro de circuito cerrado (CLSC) se compone de dos ciclos distintos: logística directa y logística inversa. El proceso de logística directa crea y entrega un nuevo producto, mientras que la logística inversa entra en juego una vez que el artículo ha cumplido su propósito. La logística inversa puede implicar reparar, revender o descomponer productos para reutilizarlos y reciclarlos, todo ello con la vista puesta en una cadena que mantiene y recupera el valor para lograr un bajo impacto y un desperdicio mínimo.
Debido a que devuelve la salida, o el producto, al circuito de fabricación, un CLSC puede generar una producción sin desperdicios y una eficiencia óptima.
Tabla de contenido
Las etapas de un CLSC
Los fundamentos de un CLSC se pueden dividir en siete pasos básicos.
Paso 1: Fabricación
Un nuevo servicio o producto cobra vida a través del proceso de diseño y fabricación. Aunque los detalles varían mucho de una industria a otra, este proceso incorpora los pasos habituales de una cadena de suministro tradicional.
Paso 2: Transmitir
El producto llega a los estantes de los minoristas, distribuidores y al mercado en general.
Paso 3: Ventas
El producto encuentra su camino hacia el cliente final. Aunque este es el último paso en una cadena de suministro tradicional, es solo el final de la primera fase de un CLSC.
Paso 4: Reparación
El primer aspecto del flujo de logística inversa se refiere a los productos defectuosos. En lugar de descartarse como desperdicio, los defectos son manejados por una división de devoluciones. Este equipo recoge, repara y devuelve los productos al usuario una vez que han sido restaurados para su funcionamiento.
Paso 5: reutilizar
Tal vez un producto defectuoso no se pueda reparar y devolver fácilmente. En este caso, un procesador devuelve el artículo directamente al distribuidor para su reutilización o reciclaje. El producto se reacondiciona y los minoristas reemplazan el artículo y lo envían al usuario sin perder tiempo ni generar residuos.
Paso 6: reciclar
El reciclaje es un elemento clave del modelo de circuito cerrado. Los productos defectuosos, los productos devueltos o incluso los productos que han llegado al final de su ciclo de vida pasan por el procesador de devoluciones para ser reciclados. Luego, las piezas y los materiales regresan a través del proceso de producción para crear nuevos artículos.
Paso 7: Eliminar
A medida que una empresa se adapta a un modelo de ciclo cerrado, se absorben más materiales a lo largo del proceso y menos terminan en vertederos. El rendimiento del producto se rastrea, analiza y mejora, y la empresa ahorra costos además de minimizar el impacto.
Beneficios de negocio
La cadena de suministro de circuito cerrado ofrece importantes beneficios tanto para el medio ambiente como para el consumidor, pero también puede dar un gran impulso a cualquier negocio que incorpore estos procesos de mejora de la eficiencia. Así es cómo:
- El valor de las adquisiciones aumenta a través de los ahorros logrados a través de la reducción de costos directos y la venta de productos recuperados. Este aumento de valor incorpora no solo la venta secundaria de productos recuperados, sino también la necesidad minimizada de nuevos materiales e insumos.
- El cumplimiento ambiental ayuda a garantizar una buena reputación con los clientes y socios mientras cumple fácilmente con todas las regulaciones relevantes. También ahorra dinero al maximizar la eficiencia energética y el uso de materiales.
- El nivel adicional de servicio al cliente con una gestión eficiente de devoluciones, reparaciones y fácil reciclaje mejora la satisfacción y la lealtad. También añade importantes valores de marca.
- Se pueden obtener datos invaluables mediante el mapeo de todo el ciclo de vida de un producto, lo que lleva a mejoras e innovaciones de diseño importantes.