Un profesor de la Universidad Estatal de Florida (FSU) ha identificado un vínculo entre la exposición a la radiación del espacio profundo y la alta mortalidad por enfermedades cardiovasculares en los astronautas.
Volar más allá de la órbita terrestre baja expuso a estos miembros de la tripulación a la radiación sin la protección adecuada
Un profesor de la Universidad Estatal de Florida (FSU) ha identificado un vínculo entre la exposición a la radiación del espacio profundo y la alta mortalidad por enfermedades cardiovasculares en los astronautas.Los astronautas que llevaron a la revelación fueron los que volaron por el espacio. orbita terrestre baja (LEO) durante el programa Apolo que se desarrolló entre 1961 y 1975. Los investigadores ahora se enfocan en proteger a los futuros astronautas de problemas similares relacionados con los viajes espaciales y han completado múltiples estudios para mitigar estos riesgos para la salud. Su trabajo ha llevado al desarrollo de equipos y regímenes de ejercicio destinados a mantener saludables a los astronautas en entornos de microgravedad.
LEO ocurre lo suficientemente alto en el espacio como para que la resistencia atmosférica no empuje los objetos en órbita de regreso a la Tierra. También es el modo orbital principal para los astronautas que desean llegar a puntos como el Telescopio Espacial Hubble y la Estación Espacial Internacional (ISS). La mayoría de los astronautas de LEO, incluidos los astronautas fuera de la ISS, están protegidos de la radiación del espacio profundo porque la magnetosfera de la Tierra desvía las partículas peligrosas del Sol. Pero esta nueva perspectiva sobre el bienestar de los astronautas plantea la cuestión de cuán amenazante es realmente la radiación cósmica. En este punto, la única forma de combatir problemas futuros es estudiar a las personas expuestas y ver cómo respondieron sus cuerpos.
El profesor de FSU, Michael Delp, también estudió las causas de muerte de los astronautas del programa Apolo e identificó riesgos específicos para la salud de los futuros astronautas. De los 24 astronautas del Apolo que realmente fueron al espacio, 8 fallecieron, el 43% de ellos por problemas cardiovasculares. Para respaldar la teoría de que el daño cardiovascular resulta de la exposición a la radiación, Delp expuso ratones de laboratorio a dosis de radiación similares a las experimentadas por los astronautas en el espacio profundo. Finalmente, descubrió que seis meses después de la exposición a la radiación (equivalente a 20 años en humanos), los ratones mostraban signos de daño arterial. En humanos, estos efectos pueden traducirse en enfermedad vascular aterosclerótica.
Delp y la NASA actualmente están explorando formas de contrarrestar los efectos de la radiación del espacio profundo. Las posibles soluciones incluyen antioxidantes que pueden proteger los vasos sanguíneos del daño. A medida que la NASA planea misiones a Marte, la demanda de encontrar respuestas médicas es alta, incluido el potencial de vida a largo plazo en la Tierra.
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